La cinta adhesiva es un material de embalaje conocido en todos los sectores de la sociedad, que puede utilizarse con diferentes finalidades y que al menos una vez nos ha sacado de apuros.
A lo largo de los años, con los avances a los que nos hemos enfrentado, la industria del embalaje ha ido introduciendo mejoras e innovadoras propuestas para personalizar este material con propiedades específicas para los diferentes fines. Este cambio ha provocado que en muchas ocasiones el proceso de selección de la cinta adhesiva correcta suponga todo un reto. Por este motivo en este blog te ofrecemos algunas pautas para guiarte.
Aspectos a tener en cuenta en la selección de la cinta adhesiva adecuada:
Lo primero que debemos definir es la finalidad para la que necesitamos la cinta adhesiva: unir, fijar, proteger, identificar o embalar. Partiendo de este punto podemos acotar las posibilidades de compra.
El aspecto que sigue es conocer el tipo de material que queremos unir/sellar, es decir, miraremos la compatibilidad entre la mercancía y la cinta adhesiva, ya que el grado de atracción va a estar determinado por las características de estos productos en el que vamos a utilizarla.
Es importante detallar la estructura del bulto, refiriéndonos a forma, tamaño y posible textura, lo cual va limitar el contacto y la capacidad de soporte de carga.
Al referirnos a capacidad de soporte, tendremos que pensar en el tipo de unión que queremos conseguir: temporal, a largo plazo o completamente hermética.
Luego, dependiendo del proceso y los niveles de actividad a los que nos dediquemos, seleccionaremos el tipo de aplicación que mejor se nos adapta: manual o automático.
Por último, debe tenerse en cuanta el factor ambiental. Al hablar de ambiente nos referimos a aquellas condiciones en que vamos a trabajar con este material o a las condiciones a las que se va a someter una vez sea aplicado (transporte o almacenamiento). Los aspectos más comunes que influyen en las propiedades de una cinta adhesiva suelen ser los cambios de temperaturas, la humedad, la incidencia de rayos ultravioletas, o la estancia en interiores/exteriores.
